La propia conquista española motivó la proliferación de muchas de las epidemias que llegaron a América, incrementándose drásticamente la mortalidad. Es así que los conquistadores en los primeros años utilizaron los buenos oficios de los curanderos aborígenes llegando a conocer algo de la medicina autóctona americana. De esta manera se descubrieron las propiedades antipalúdicas de la quinua, o la zarzaparrilla planta que estuvo ligada a tratar la sífilis francesa. (uasb,2002)
En el año 1541 el emperador Carlos V, ordenó a los Virreyes y Gobernadores, la mayor diligencia para la fundación de asilos y hospitales en donde sean socorridos y curados los desheredados de la fortuna y los enfermos, a raíz de esto se fundó en Quito, el 9 de marzo de 1565, el Hospital de la Misericordia de Nuestro Señor Jesucristo, siendo el segundo en su creación después del hospital Luis Vernaza en la ciudad de Guayaquil (1564), para aquella época el presidente de la Real Audiencia era el Licenciado don Hernando de Santillán. La fundación del hospital de la Misericordia fue financiada por el entonces imperio español.
Para la administración del hospital se instituyó una Cofradía o Hermandad, la cual estaba integrada por los principales vecinos y autoridades de la ciudad, quienes tenían la obligación de recaudar los fondos necesarios para su sostenimiento. El acta de fundación tiene al mismo tiempo el valor de los estatutos de una sociedad y es así como se hacen constar la siguiente disposición:
«que ningún Prelado Obispo ni otra persona eclesiástica se entrometa ni pueda entrometerse en el régimen ni administración de dicho hospital, ni sobre él pueda tener, ni tenga ninguna jurisdicción ni por vía de visita, ni de tomar cuenta ni en otra cosa alguna, porque con ésta calidad se funda» (bajo el patronato del Rey) . . . . etc.
Parte de los estatutos indica, que el hospital debe constar de dos departamentos o enfermerías independientes en las cuales se curen separadamente, los españoles de los indígenas. A su vez cada enfermería se divide en dos cuartos, el uno para los hombres y el otro para las mujeres.
Para estas fechas los hospitales tenían características de casas de recolección de enfermos abandonados, antes que instituciones destinadas a la curación de pacientes. Se los consideraba casas de misericordia, que tenían que desempeñar múltiples funciones de caridad y socorro cristiano, antes que establecimientos técnicos especializados en el tratamiento de enfermos;
En el año 1703, el hospital se encontraba en críticas circunstancias y siendo presidente de la Real Audiencia de Quito, don Francisco López Dicastillo, se consiguió que vinieran de Lima los padres Bethlemitas, quienes se hicieron cargo del hospital. Se puede considerar a estos religiosos como los fundadores de la práctica médica en el hospital, por haber sido los precursores de una verdadera escuela de enfermería y de cirujanos barberos, Hoy en día el hospital cambio de administración y lleva el nombre de Hospital San Juan de Dios el cual está considerado patrimonio Quiteño.
Bibliografía:
El Hospital San Juan de Dios de la ciudad de San Francisco de Quito “Dr. Manuel Humberto Villacís”
No nos asombremos que el coronavirus sea predominante en Guayaquil (2020)
Grandes Enfermedades que asolaron a Quito y Guayaquil durante el siglo XVIII y el rol de la Iglesia frente a este problema. “uasb” (Quito 2002)